11 SOLO HAY ENFERMOS POR DESARREGLO FUNCIONAL DE SU ORGANISMO

SOLO HAY ENFERMOS POR DESARREGLO FUNCIONAL DE SU ORGANISMO

Medicina Natural al Alcance de todos

“La unidad de la Naturaleza se ha perdido en la soledad del Laboratorio” Haeckel

Dado que la enfermedad es un fenómeno negativo, una alteración más o menos grave de la salud, si queremos darle una personalidad positiva debemos convenir, que en todos los casos se trata de fiebre gastrointestinal de intensidad variable y cuyas diversas manifestaciones o síntomas son lo que se llama el estado de enfermo. Y  así como no hay dos individuos con idéntica fisonomía, igualmente varían las manifestaciones del estado de falta de salud por fiebre gastrointestinal.

Nuestro cuerpo constituye un solo órgano, un todo indivisible, regado por el mismo fluido vital, la sangre, y estrechamente unido en su actividad por las funciones nerviosas. Por esto toda dolencia localizada es fruto de un desarreglo general.

Sífilis, tuberculosis, asma, diabetes, cáncer, tifus, etc. No son más que nombres con que se catalogan síntomas de falta de salud. Malas digestiones y deficientes eliminaciones son la fuente de los diversos  síntomas  que se consideran como males distintos. 

El iris de los ojos no revela afecciones de naturaleza diferente entre sí. El cuerpo no se enferma por partes. No puede estar enfermo el corazón o el hígado y  sanos los demás órganos. Todo proceso morboso afecta al organismo entero en una forma más o menos acentuada, comprometiendo a todas sus defensas.

Una afección de los ojos, por ejemplo, no puede permanecer aislada del resto del organismo porque la  sangre que en un momento circula por el órgano enfermo a los pocos segundos circulará por los pies,  después de haber pasado por el corazón, el hígado, los riñones y los pulmones. En este sentido la especialización médica constituye un error enorme.

Sin purificar la sangre mediante normalidad digestiva y activa eliminación de la piel, jamás desaparecerá verdaderamente ninguna enfermedad, cualquiera que sea su nombre. El único “remedio” eficaz es la sangre pura que circula activamente llevando a cada punto del cuerpo substancias vitales y reparadoras y retirando de cada célula las materias inservibles o perjudiciales. 

Dado que los huesos, los músculos, los nervios, el cerebro y todos los tejidos que constituyen el cuerpo humano son formados y mantenidos por la sangre, que es producto de la nutrición y eliminación normal, hay que aceptar que la vida y la salud dependen de las funciones digestivas, pulmonar y cutánea.

Recurrir al oculista porque se sufre de los ojos, al dentista porque se sufre de los dientes o al urólogo porque se padece de los riñones es un tremendo error que se debe evitar y combatir. Debemos tener presente que el cuerpo es un solo órgano y que si alguna parte del mismo está mal es porque las defensas que poseen son deficientes. 

En lugar de procurar la reacción defensiva del órgano afectado, es preciso llamar a todas las fuerzas del cuerpo para sacar de sus partes más sanas los elementos defensivos en auxilio de la parte enferma. Todo tratamiento debe ser pues, general, dirigido a restablecer la salud integral del cuerpo para llevar sangre pura a los tejidos y órganos afectados. 

El tratamiento local es secundario y sólo tiene como objetivo evitar congestiones para facilitar una activa irrigación sanguínea, indispensable en la reparación de lesiones y el restablecimiento de la salud a nivel local. Hay un enorme abismo entre la medicina medicamentosa y mi Doctrina Térmica porque las drogas, medicinas sueros, vacunas, inyecciones y transfusiones afectan la pureza de la sangre

En cambio, normalizando la digestión y activadas las eliminaciones del cuerpo se purifica el fluido vital y se cumple el aforismo sabio que dice: “lo que da la salud cura la enfermedad” y la salud es el buen resultado de respirar aire puro, de tener permanentemente buenas digestiones y de activar la piel. Para esto basta con mantener el Equilibrio Térmico.

Autor: Manuel Lezaeta Acharan

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