ENFERMEDADES VENÉREAS


Salud Natural en Línea

Sífilis o lúes, roséola, chancros, llagas, purgación, gonorrea o blenorragia

“En lugar de estudiar alimentación y desintoxicación del cuerpo humano, hemos estado estudiando gérmenes... El mundo está en un camino errado. Libremos al cuerpo de sus toxinas y alimentémoslo correctamente y estará hecho el milagro de la salud.”
Dr. Arbuthnot Lañe

Los nombres arriba apuntados designan diversas enfermedades que afectan de preferencia los órganos genitales del hombre y de la mujer. Roséola (especie de salpullido que aparece sobre todo el cuerpo con gran picazón), erupciones en la piel, chancros o llagas en los órganos genitales, inflamación dolorosa de la garganta, heridas en la lengua y cavidad bucal, supuraciones o flujos uretrales o vaginales, hinchazón de los ganglios de las axilas y especialmente de las ingles, etcétera, todo esto unido a malestar general, fiebre, dolores de cabeza, inapetencia, insomnio e incapacidad para trabajar, se designa con el nombre de Sífilis o Lúes.

Ahora bien, los síntomas señalados revelan una actividad orgánica que procura expulsar del cuerpo materias dañinas que han entrado en fermentación. De aquí que estas dolencias constituyen crisis eliminadoras realizadas por la Naturaleza en defensa de la salud y de la vida. Así que deben de respetarse, en vez de ser sofocadas para lograr la purificación de la sangre y, por lo tanto, la salud del organismo. 

De otro modo convertiremos la crisis aguda en crónica e incurable, sumando las drogas o medicinas a las toxinas que el cuerpo trata de expeler. El lector se dará cuenta que la crisis sifilítica requiere de la presencia de un gran recargo de materias morbosas en el organismo. Su origen es la herencia, la vida desordenada, los desarreglos digestivos crónicos y la deficiente actividad de la piel. Puesto que en las dolencias venéreas reconocemos la existencia de sangre impura, es obvio que son hereditarias y que se transmiten por contacto sexual.

Tanto la espiroqueta, que se cree causante de la sífilis, como el gonococo que se considera culpable de la blenorragia o gonorrea, son efectos secundarios del estado general del enfermo crónico, presente con mayor o menor anterioridad al estallido de la crisis venérea. En otras palabras, antes de que aparezca el bacilo existe ya el terreno impuro adecuado para su desarrollo. Una persona que tiene su cuerpo libre de materias extrañas y, por tanto, sangre pura, está libre de las afecciones venéreas porque no ofrece al microbio el terreno propicio para su desenvolvimiento.

Todas las prescripciones medicamentosas que se orientan hacia la erradicación de los diferentes síntomas de la sífilis, no hacen sino postergar y agravar la manifestación de impureza interna del enfermo. Son mucho peores las consecuencias del tratamiento médico de esta dolencia que lo que ella misma ocasiona a quien la padece. Puedo asegurar que, siguiendo el tratamiento que se presenta a continuación, la mentada sífilis pierde su malignidad y el enfermo queda libre de todo peligro posterior.

Tratamiento: En lugar de "curar" esta dolencia debemos procurar restablecer la salud del sifilítico, para lo cual nada hay que ver con microbio alguno. Lo indispensable es normalizar la digestión y activar las eliminaciones de la piel. Se trata de purificar la sangre del sifilítico, incluso mediante las eliminaciones de sus llagas y flujos uretrales o vaginales.

El tratamiento es general y local, activando la expulsión de materia corrompida, al utilizar emplastos de fenogreco que se mantienen sobre las erupciones día y noche hasta agotar la fuente morbosa. Si no hay fenogreco a la mano, se pueden aplicar cataplasmas de lodo.

Tratar el chancro con vapor de cola de caballo, lavado de la misma agua y cataplasma de fenogreco día y noche, que se cambia cada ocho o diez horas. El baño genital activa la eliminación por el chancro y es forzoso diariamente. Lavado de la Sangre en la mañana y dos a tres baños genitales en la tarde. Constancia en la práctica del Régimen de Salud. Dormir con cataplasma de lodo sobre el vientre y continencia sexual son medidas indispensables. Además, dieta cruda.

Para casos agudos con abundantes erupciones, en el verano, se recomienda enterrar todo el cuerpo hasta el cuello en tierra húmeda durante 15 a 60 minutos. La tisana de limpia plata, pichi, sanguinaria, sabinilla y cedrón favorece la expulsión de los venenos de la sangre.

Casos: M.J.L. fue víctima de roséola sifilítica a los 57 años de edad. Todo su cuerpo fue invadido por activas erupciones, con comezón insoportable, que duraron casi un año. Con Lavado de la Sangre diario, fueron desapareciendo gradualmente. Luego aparecieron en diversas partes del cuerpo y, en particular, en el bajo vientre y las caderas, postemas que maduraban con aplicaciones locales de fenogreco, vaciando abundante materia corrompida. 

Al año de este proceso eliminador favorecido por el Lavado de la Sangre y tres baños genitales diarios con duración de media hora, aplicaciones locales de fenogreco en las llagas y absoluto celibato, apareció un chancro duro en el pene. El miembro se le inflamó de manera excesiva y sólo gracias a la aplicación de una gruesa cataplasma de lodo hicimos retroceder la inflamación para poder realizar los baños genitales. 

El chancro supuró durante ocho meses. Al segundo año de crisis, la boca y la garganta se llenaron de llagas tan dolorosas que dificultaban la masticación y deglución de los alimentos; Surgieron terribles dolores de cabeza que sólo se calmaban con los baños genitales. Nuevas erupciones y postemas, pero más débiles, brotaron al iniciarse el tercer año de crisis. 

Por fin, a los dos años y nueve meses el enfermo quedó libre de todo achaque, disfrutando de un bienestar antes desconocido y revelando en su rostro y cuerpo una verdadera renovación orgánica. El enfermo calcula haber eliminado varios litros de pus a lo largo de esos años. Ahora diga el lector, si es posible acumular tal cantidad de inmundicia por un simple contacto sexual.

Chancro blando

El chancro maligno es duro y el blando es más benigno. En el primero se hinchan los ganglios de las ingles sin dolor ni formación de pus, en el blando hay hinchazón de las ingles con dolor y formación de pus, dando lugar al bubón. En el chancro sifilítico hay una sola úlcera y en el chancro blando suele haber varias al mismo tiempo. La diferencia entre una afección y la otra está en el grado de impureza de la sangre. Para curar esta dolencia se procede como en la sífilis.

Blenorragia, purgación o gonorrea

Estos tres nombres sirven para designar una crisis curativa que se manifiesta con supuración de las vías genitourinarias. Las llamadas "flores blancas" y los flujos vaginales, comunes y corrientes en el sexo femenino, son fenómenos de la misma naturaleza.

Al igual que las erupciones y llagas llamadas sifilíticas, esta dolencia constituye una defensa orgánica. La secreción purulenta permite al cuerpo expulsar materias malsanas que han entrado en fermentación, con el fin de purificarse. El origen de esas materias son las malas digestiones crónicas y la deficiente eliminación de la piel, aunque también la impureza de la sangre puede ser hereditaria, como se constata en el caso de niños inocentes.

El gonococo, que vulgarmente es considerado el causante de este mal, sólo actúa como agente de fermentación de elementos extraños acumulados en el vientre del enfermo. Esta dolencia aguda implica pues una eliminación de esas sustancias; de ahí el nombre de "purgación" que conserva desde hace siglos y que equivale a "purificación".

Así pues, la expulsión de materia corrompida por la uretra o la vagina no debe ser sofocada por ningún medio, ya sean lavados o medicamentos (penicilina). Desaparecer la eliminación uretral no libera al enfermo de su dolencia, sino sólo la convierte en un mal crónico que se manifestará en todo tipo de complicaciones, en las articulaciones, en los testículos, la próstata o la vejiga.

Conozco casos de enfermos crónicos que durante 17 años se han tratado con alopatía para vencer una gonorrea que, variando sus manifestaciones, se presentaba cada primavera u otoño. Con mi tratamiento, estos enfermos ven reaparecer los síntomas agudos más o menos pronto, porque al normalizar la nutrición se activan las defensas que permiten al cuerpo deshacerse de las impurezas que alteran la salud. Sólo así puede desaparecer definitivamente esta afección.

Tratamiento: Además de las recomendaciones generales para toda enfermedad, es necesario insistir sobre la frotación diaria de agua fría en todo el cuerpo, dos a tres baños genitales al día con duración de 15 a 30 minutos cada uno, Lavado de la Sangre diariamente, dormir con cataplasma de lodo sobre vientre y riñones o al menos con faja derivativa, pasando un lienzo húmedo por la entrepierna para descongestionar los órganos genitales.

La blenorragia aguda es muy peligrosa cuando no se tiene un escrupuloso aseo y, por ejemplo, el contacto de la fermentación morbosa con los ojos al tocarlos con los dedos sucios, puede provocar ceguera. Se recomienda usar suspensorio para evitar la inflamación de los testículos. En los casos crónicos que el vulgo denomina "gota militar", solo mi Régimen de Salud es capaz de salvar al enfermo.

Casos: "Víctima del mal denominado gonorrea me decía una carta fui curado por la ciencia médica con millones de unidades de penicilina, resultando peor el remedio que la enfermedad. En efecto, la acción debilitante de la defensa orgánica que caracteriza a esta "droga milagrosa", sofocó y paralizó la natural eliminación de materia corrompida que salía por el conducto urinario. 

Retenida en el cuerpo, empezó a hacer estragos, produciendo dolores en los testículos y picazones como punzadas que iban del bajo vientre hasta los muslos y las pantorrillas, dificultándome el andar.

"Hoy hace un año y quince días que tuve la suerte de consultarle acerca de mi caso y gracias a su régimen", que he seguido al pie de la letra, puedo asegurar que su Doctrina Térmica es maravillosa. En efecto, a los cuatro días de seguir sus indicaciones apareció nuevamente el flujo purulento por la uretra con más fuerza y dolor que antes. 

Sin embargo, al mismo tiempo desapareció en mí el estado depresivo que había dejado la penicilina. Ahora, diez meses después de haber comenzado con su Régimen de Salud, me encuentro totalmente libre de mi antigua dolencia y convencido de la eficacia de su sistema, el que me he propuesto divulgar a todo aquel que lo necesite. Expresándole mi eterna gratitud, queda de usted su atento servidor. A.B.

Autor: Manuel Lezaeta Acharan

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